Más eres tú

Eras consciente de que enviar un mensaje mediante whatsapp era demasiado sencillo, resultaba gratis, y además era algo que solíamos hacer a diario con muchos de nuestros seres queridos. Tú eras tan especial, que querías hacer de lo nuestro algo mágico, único y completamente diferente. No dejabas de sorprenderme con cada detalle, con esas ocurrencias tuyas, que como talladas a mano, eran fruto de una inalcanzable y exquisita imaginación. Sencillamente, me hacías sentir único e irrepetible. Recibía cada día un mensaje de texto desde tu teléfono, aquellos SMS regalándome bonitas y elaboradas frases que hacían de nuestra historia, sin duda alguna, algo diferente a todo lo que hubiéramos vivido con anterioridad.

»Me muero por ti, necesito estar contigo, gracias por existir», son algunas de las palabras que, dedicadas por ti, recibía en mi teléfono en cualquier momento del día. Había llegado un punto en nuestra relación, en el que no parábamos de pensar el uno en el otro, como dos adolescentes que, por primera vez enamorados, no cesaban en su empeño de estar tremendamente ilusionados con la historia que estaban viviendo.

Lo que había comenzado como un inocente juego, se había convertido, fruto de todas nuestras vivencias, en un rumbo de vida que avanzaba firme y decidido. En ese punto de no retorno en el que se fusionaba la felicidad, con la tremenda incertidumbre de no tenerte cerca, puesto que los sentimientos, ya se antojaban a todas luces, imparables para los dos. El destino había llegado a un acuerdo con Cupido, en un contrato en el que había tanta letra pequeña, que como única cláusula positiva teníamos la de vivir cada momento como si fuese el último.

Todavía recuerdo que durante una de nuestras muchas conversaciones, te había pedido que me mandaras una foto para poderla llevar siempre conmigo. Ese comentario hubiera pasado desapercibido para cualquier otra persona sobre la faz de la tierra, pero en este caso, debo de reconocer que me sentí enormemente sorprendido. Tú, tan detallista y especial como de costumbre, me habías obsequiado con algo que no olvidaría jamás.

Aquella mañana llegué a mi casa, y como en un acto reflejo, comprobé el buzón de correspondencia que presidía la entrada de mi portal. Había una carta en el interior, por lo que rápidamente introduje la minúscula llave de seguridad en su cerradura, y realicé medio giro para permitir que su puerta se abriese. Era una carta tuya. El sobre estaba adornado al detalle, con aquellos dibujos y colores tan propios de ti, por lo que emocionado e invadido por la impaciencia, no pude reservarme las ganas de abrirla, y con las manos todavía ocupadas por las llaves, me dispuse a su apertura con decisión.

Con tan sólo un gesto despegué la solapa del sobre, que aún pegajosa, custodiaba un tesoro que guardaría entre mis más valiosas pertenencias para siempre. En el interior había un dibujo, y una nota que decía así:

»Hola cariño, el otro día me dijiste que te haría muchísima ilusión tener una foto mía, una foto física, en papel, como las de toda la vida. He pensado mucho sobre qué foto mandarte, y tras darle muchas vueltas, he decidido hacerte este dibujo. Espero que te haga tanta ilusión como una fotografía. Me encantaría que llevaras este dibujo siempre en la cartera, pegado a ti, dónde más te gustase que yo apareciese con tan sólo echar un vistazo. Estoy contando los días para volverte a ver, te quiero tanto, que jamás imaginé que la vida nos premiaría con tan bonito regalo. Te quiero, mi vida».

Estoy seguro de que si alguien me hubiera estado observando en aquel momento, se hubiera quedado flasheado ante tan insólita imagen. Me encontraba de pie en la puerta de mi casa, con el macuto del trabajo entre las piernas, y sujetando con mis manos el manojo de llaves que, vacilante, luchaba para no resbalarse entre mis dedos mientras leía tus párrafos. Me había quedado embelasado, inmóvil, y gratamente sorprendido al descubrir el contenido de aquel sobre. Cuando terminé la breve lectura que me habías dedicado, recogí un pequeño recorte que había en el interior. Se trataba de un dibujo, impecablemente trazado en blanco y negro por ti.

Eras tú, qué duda cabía. Me habías obsequiado con un dibujo de tu retrato, y que, a decir verdad, tenía un fidedigno y asombroso parecido con la realidad. Aquellas enormes lentes presidían tu inocente gesto, esas gafas que tan diferente te hacían del resto de los mortales, tan sexy, tan guapa y tan bella como de costumbre. El pelo recogido brindaba a tu cuello una dulce invitación a perderse en él, con la libertad de poder ser besado por mí, una y otra vez, hasta ser desgastado. Ese cuello que tantas veces me habías dado a probar. Esa piel, que con tan sólo acercar mis labios te hacía erizar todo tu cuerpo. Ese cuello, cuyo dulce y embriagador aroma, ya me resultaba imposible de olvidar… eras mi éxtasis total.

Tras darle instintivamente la vuelta al dibujo, pude leer una frase rubricada a lápiz, que a modo de dedicatoria, decía así:

»No puedo estar más tiempo sin ti, te quiero todo para mí. Ahora me llevarás siempre a tu lado, físicamente contigo, como cuando en la distancia miramos la luna llena sincronizados. Prométeme, que cuando estés triste, mirarás esta foto y recordarás, que nada ni nadie evitará… que estemos juntos hasta el final.

Y es así, como te doy las gracias por ser diferente, por no ser una más, por no caer en lo convencional. Porque este regalo me ha hecho recordar, de que de esta vida tan materialista, todo el mundo se va.

Mi amor, menos es más, y más eres tú.

FIN

39 respuestas a “Más eres tú

  1. Q preciosidad de palabras!!! Cada día más enganchada a ti. Q bonitas historias nos cuentas. Historias q te sumergen en un mundo perfecto. Eres increíble. 😘😘😘😘😘 no dejes de hacerlo nunca. 🤙🏻

    Le gusta a 3 personas

  2. ¡Menos es más! Valiosa frase que comparto totalmente.
    Como siempre, hermoso escrito, siempre consigues que una viva la historia como participe de ella.
    Gracias por escribir 😉

    Le gusta a 3 personas

  3. Pues es que resulta que te leo porque me gusta; pero lejos de sorprenderme me deja sin palabras en el sentido de que me desilusiona, cuando pienso que tengo algo especial con alguien resulta que mucha gente a mi alrededor tiene exactamente lo mismo. Eso no hace que sea mejor ni peor; pero me hace pensar que quizá no es especial sino natural… un beso y gracias!

    Le gusta a 2 personas

  4. No sé como explicar lo que he sentido al leer éste relato, jamás hubiese imaginado que una historia como la que relatas me hiciera llorar de emoción de lo bonito que és y del espectacular final, muchísimas gracias x compartirlo amigo eres un encanto escribiendo y sé que como persona también,felicitarte una vez más, Gracias corazón eres un 10,besos de una canaria que te admira🔝💯😍

    Le gusta a 2 personas

Deja un comentario